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lunes, 27 de agosto de 2012

Sobre mi caligrafia, un recuerdo y una dedicatoria...


     Considero necesario hacer una aclaración sobre mi caligrafía personal, ante algunos generosos elogios que he recibido sobre mi letra, en mensajes de visitantes de este sitio, y para evitar que pueda pensarse que poseo conocimientos de caligrafía, o pretendo hacerme pasar por experto en el tema, lo cual de ninguna manera es así, y de hecho, si un experto observa mi letra con atención, encontrará numerosos errores en la construcción de mis letras.
     A este efecto, me permito traer aquí, apelando a la paciencia del lector, un recuerdo de mi lejana niñez...

     Mi querido padre, que lamentablemente ya no tengo conmigo, tenía una letra bellísima, cultivada por su placer de escribir con pluma, y no porque tuviese un título habilitante o estudios formales de caligrafía.

     Personalmente, creo que se nace con la predisposición a la buena letra, pero también hay que cultivarla, con mucha práctica, paciencia y dedicación.
     Debo decir, que desde todo punto de vista, la letra de mi padre, era realmente "caligráfica", y no había quien la viese y no la elogiase o expresara su asombro por ella.
     Por su parte, se advertía que él sentía orgullo por su letra, y le daba gran placer practicar con su vieja Parker Vacumatic y más tarde con una Parker 51 y una 61, llenando hojas de letras y floreos. También cabe mencionar, que era mi padre además, un excelente dibujante y pintor, siendo un autodidacta sin educación formal en ello, ya que su profesión era la de Contador.

     Por mi parte, siendo yo niño y adolescente (hace muchas décadas ya!), mi letra era un verdadero desastre. Vamos, que era simplemente horrible, para desesperación de mi padre!

    Recuerdo con claridad sus enojos y sus retos, para que escribiese mejor, con mayor prolijidad, más despacio, y con mayor dedicación y cuidado. Y no recuerdo solo sus retos, sino tambien sus “clases de caligrafía” a las que acompañaba con “penitencias”, bajo la forma de largas y tediosas carillas de práctica que me imponía.



     Mi padre consideraba de gran importancia, que una persona tuviese una letra linda y prolija. Decía que era una especie de carta de presentación, tan importante como presentarse aseado y vestido correctamente, frente a otra persona, que podía ser nuestro maestro, profesor, o empleador.


     Una buena letra - solía decirme- en exámenes, informes profesionales, o simples anotaciones o papeles de trabajo, eran muestra de prolijidad, de claridad, de orden, y brindaban una buena imágen nuestra a quien leía lo escrito. Y aunque fuesen anotaciones para uso propio, la letra clara facilitaría mucho las cosas posteriormente.

     
     Una buena letra, facilita la lectura, la hace más agradable, invita a continuar leyendo, y muchas veces agrega al goce de leer.


     Con el paso del tiempo, me dí cuenta que, como en muchos otros temas y enseñanzas suyas, tenía mucha razón en estas reflexiones sobre la caligrafía, reflexiones que ciertamente he hecho mías.

     Gracias a ello, a su dedicación, paciencia y perseverancia para corregirme y enseñarme, y también a que con el tiempo fui descubriendo el placer de poseer y usar una buena pluma, mi letra se fue "adecentando" y mejorando al punto de llegar a ser -si bien muy lejos de la de mi padre - bastante pasable y aceptable.
     Tanto como para dejar satisfecho a mi padre, al observar que sus desvelos habían dado algún resultado positivo para su hijo.

     Con el paso de los años, y al llegar a adulto, mi gusto por las plumas fuente, por juntarlas en busca de una “pluma ideal” más que coleccionarlas, y sobre todo, por el placer de escribir con ellas, fue haciendo que mejorara un poco más mi letra, aunque nunca tomé clases formales, más allá de las recibidas durante mis años de colegio secundario, donde se trabajaba con porta plumas (palillos) y pluma de acero de distintos tipos.

     En verdad, encuentro gran placer en escribir con mis plumas, y en realizar algunas pruebas sobre papeles o libretas, de vez en cuando. 

    Y hasta he tenido el enorme placer y orgullo, de escribir cada uno de los sobres conteniendo las invitaciones para las respectivas bodas de mis hijos. 
     Para ello, fue con gran placer y cuidado, que elegí en cada oportunidad, una pluma caligráfica adecuada, y una tinta especial, tratándose del más importante trabajo caligráfico que me han encomendado, y muy probablemente, el único encargue relevante que reciba en mi vida, en este campo.

     Sin embargo, cuando observo las caligrafías de algunos colegas foristas, que se exhiben en los Foros que frecuento, con sus muestras de letras, o trabajos caligráficos, o los que se muestran en diversos Blogs de profesionales o aficionados, que suelo explorar sobre estos temas, mi letra, aunque pueda considerarse pasable, palidece ante estas muestras que menciono, y siento que difícilmente pueda llegar yo algún día a los floreos o embellecimientos artísticos, que nos alegran la vista y el alma cuando los contemplamos.

      Tengo la ilusión que algún día, mis obligaciones profesionales, me den un respiro de tiempo para poder dedicarme a realizar un curso con un Maestro Calígrafo, y pueda alcanzar una mejora o una verdadera perfección.


      De todas maneras, agradezco y mucho valoro los elogios hacia mi letra, que a veces recibo de quienes la observan.

     Me hacen sentir que si mi querido padre -donde quiera se encuentre- pudiese leer o escuchar estos elogios, seguramente se sorprendería, y sonreiría orgulloso al conocerlos, y al recordar sus desvelos y sus enojos conmigo, hace ya tantos años.

     Muchas gracias a los lectores de este sitio, por inducirme con sus generosos comentarios, a recordar estas anécdotas, que vienen a mi mente  con tanta nostalgia y cariño hacia mi padre.

     Le dedico a mi padre, este sitio “The Writing Man”, "El Hombre que escribe", con mi cariño y agradecimiento, y en la seguridad de que jamás habrá soñado con que su hijo, con su desastrosa letra, llegaría algún día a escribir sobre estos temas que a él tanto le agradaban.

Dr. D.  Agosto 2012.

martes, 21 de agosto de 2012

El Arte y el placer de escribir con pluma fuente!!


DISCULPAS!! ...  En Construcción... en unos días tendrá su texto.





Me permtio reproducir aquí, la ácida definición de la palabra Tinta, según el Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce:


"Tinta:
Sustantivo.
Innoble compuesto de tanogalato de hierro, goma arábiga y agua, que se usa principalmente para facilitar la propagación de la idiotez y promover el crimen intelectual.
Las cualidades de la tinta son peculiares y contradictorias: puede emplearse para hacer reputaciones y para deshacerlas, blanquearlas y ennegrecerlas; pero su aplicación más común y aceptada es a modo de cemento para unir las piedras en el edificio de la fama, y de agua de cal para esconder la miserable calidad del material. Hay personas, llamadas periodistas, que han inventado baños de tinta, en los que algunos pagan para entrar, y otros pagan para salir. Con frecuencia ocurre que el que ha pagado para entrar, paga el doble con tal de salir."

Ambrose Bierce (Diccionario del Diablo)